¿A qué edad, según se van cumpliendo años, comienzan a levantarse las barreras en el mercado laboral? La cuarentena puede ser el primer corte.
Las expectativas de vida son cada vez más elevadas, de ahí que la edad de jubilación sea cada vez mayor. Al mismo tiempo, la incorporación al ámbito laboral es, de media, más tardía. De este modo, los cuarenta años representan una edad aún muy lejana del retiro y, en algunos casos, se trata de profesionales que acumulan poco más de una década en el mercado de trabajo. Sin embargo, en ciertas empresas, sectores o especialidades la cuarentena se sitúa como una barrera para acceder a un empleo.
Por ello, conviene tener en cuenta ciertos consejos para encontrar trabajo después de los 40. Son los que figuran líneas más abajo.
Consejos para encontrar trabajo después de los 40
El experto en Recursos Humanos Eliseo Casamichana ofrece las siguientes recomendaciones en el portal Infojobs:
- Autoconocimiento. “Es necesario identificar nuestras capacidades y fortalezas, tenemos que tener claro cuáles son para saber exponer de forma óptima los puntos fuertes de nuestra candidatura. En muchas ocasiones se pierden posibilidades en un proceso de selección al no dar valor o pasar por alto competencias que pueden diferenciarte frente al resto”, avisa el citado especialista.
- Formación y reciclaje. Éste es un aspecto clave que en la actualidad debe ser aplicable a cualquier persona más allá de su situación laboral y/o de su edad. En la fase de autoconocimiento del punto anterior es necesario también descubrir las carencias de cada cual y establecer la mejor forma de reforzarlas con la formación y la ayuda que pueda brindar el entorno.
- Potencia tu marca personal. “Cualquier persona que se encuentra en la actualidad en búsqueda de empleo debe aprender a sacar el máximo partido de la Red. Es necesario estar presente en los portales de empleo con un perfil actualizado y en las redes profesionales. Estas últimas tienen que ser usadas no como un mero CV on line: se debe interactuar, aportando contenido a Internet y dando el propio punto de vista podemos potenciar nuestra marca y aumentar nuestra red de contactos”, señala Eliseo Casamichana.
- Flexibilidad. No debe centrarse la búsqueda únicamente en puestos o sectores afines a la experiencia laboral propia que sea reciente y/o la formación, ya que pueden perderse muchas oportunidades que acaben prolongando los períodos de inactividad. Hay que ser relativamente flexibles con las condiciones que se puedan presentar, puesto que trabajar a media jornada o en turnos con horarios menos habituales puede ser la base para posteriores aumentos de jornada y mayor estabilidad.
- Emprendimiento. “Convertirse en trabajador autónomo sacando adelante un proyecto o idea es una opción elegida en muchas ocasiones por personas con más de 40 años. Pero no solo vale con disponer de experiencia en el sector elegido o entender que se trata de una gran oportunidad de negocio única, el proyecto debe pasar necesariamente por un proceso de validación y asesoramiento”, apunta el experto mencionado. “Existen organismos como las cámaras de comercio y centros de ayuda al emprendimiento donde nos pueden orientar de manera gratuita. Además, nuestra idea requiere de una inversión inicial, subrayando aquí que son muy escasas las ayudas económicas para emprender en este intervalo de edad frente a la gran dotación destinada a personas jóvenes. Cabe la posibilidad de recurrir a la capitalización de la prestación por desempleo o acogernos a programas de financiación empresarial de organismos estatales o autonómicos”, concluye.
Principales obstáculos para encontrar empleo
Además de las principales vías para dar con un puesto de trabajo teniendo cuarenta años o más, también conviene identificar las principales barreras para acceder al mercado laboral contando con esa edad o superándola. El mismo especialista enumera las siguientes.
- Reestructuración del mercado de trabajo. Actualmente encontramos excesiva temporalidad y precarización en muchos sectores profesionales optando por contratar trabajadores jóvenes con remuneración baja, mayor flexibilidad o movilidad y menos cargas familiares. No son pocas las voces que alertan sobre el claro peligro de excluir a trabajadores más veteranos, ya no sólo por el hecho de prescindir de sus capacidades y niveles de profesionalidad; simplemente no puede permitirse que se obvie a un colectivo que en gran parte sostiene el sistema y es claro impulso del consumo y la economía.
- Evolución tecnológica. “Las habilidades tecnológicas requeridas a los candidatos son cada vez mayores. Aquí los nativos digitales de poco más de veinte años campan a sus anchas frente a las personas de más edad que no disponen de ellas o bien necesitan reciclarlas. Como ejemplo claro tenemos las plantillas de las principales industrias tecnológicas, ya desde hace años en EEUU y ahora también en España están copadas por jóvenes universitarios reclutados en el último año de universidad. Pero esta creciente demanda se da en todo tipo de sectores profesionales, no se lo en los puramente tecnológicos, y en todo tipo de puestos de trabajo”, afirma.
- Prejuicios y desconfianzas. Se tiende a creer de manera generalizada que, a partir de cierta edad, el empleado se vuelve reticente a los cambios y los tolera mal, que no está dispuesto a adaptarse y le cuesta evolucionar junto a las nuevas necesidades de la organización o el puesto. Esa generalización, como tantas otras, tiene un elevado margen de error.